Conectando con Isla Mocha: el arte como puente hacia la regeneración
- Iara Saldungaray

- 21 oct
- 4 Min. de lectura
La residencia artística “Conectando con Isla Mocha” tuvo su primera versión en abril de 2024, impulsada por Fundación Regenerativa junto a Oikonos en colaboración con el colectivo Laboratorio Itinerante. Este programa pone en valor la relación de los habitantes con su entorno (bioculturalidad) a través de la educación artística en esta zona rural extrema de Chile, invitándonos a repensar el rol del arte en un contexto insular atravesado por problemáticas ambientales, culturales y sociales.
A través de distintas acciones, el proyecto busca fortalecer la relación biocultural de los niños, niñas y adolescentes mediante el lenguaje artístico. En este marco, se abrió una convocatoria dirigida a artistas-educadores de la región del Biobío para co-crear junto a las comunidades locales. La ilustradora y muralista Yasna Obreque Guirriman se adjudicó esta primera edición, guiada por su sentir y compromiso, ofreciendo un enfoque basado en el diálogo y el proceso creativo colectivo. Su objetivo principal fue crear, con la participación de todas y todos, un mural que representara la identidad y memoria de Isla Mocha.

“La residencia está enfocada en conocernos a través de la oralidad, hacer memoria, compartir saberes para que así veamos nuestras similitudes y encontrar una narrativa en conjunto que nos haga sentido a todos”, afirma Yasna, artista mapuche de Cañete. La isla, marcada históricamente por despojos culturales y abandono territorial, se convierte así en un escenario de resignificación y aprendizaje. A través del arte, y en particular de la fotografía como herramienta pedagógica, se exploraron imaginarios comunes, conectando a las personas con su entorno y memorias colectivas. La etimología de “fotografía”, “pintar con luz”, se hizo tangible en las actividades lideradas por Yasna.
El programa incluyó talleres abiertos para toda la comunidad y un enfoque educativo en la escuela “Armando Arancibia Olivos”. Desde los más pequeños hasta los jóvenes, cada curso experimentó el arte de construir cámaras estenopeicas y utilizar técnicas fotográficas como el cianotipo.

Dibujar el sol como educación artística
Esta experiencia permitió a los estudiantes comprender el comportamiento de la luz y capturar imágenes que reflejan su identidad y entorno. Un momento destacado fue la adaptación de una sala como cámara estenopeica y cuarto oscuro, donde las y los participantes observaron el mundo exterior a través de un lente distinto. También se dedicaron sesiones a crear autorretratos y compartir historias locales, generando un mural colectivo que integró símbolos icónicos como el faro viejo, la ballena blanca y la fardela. La iniciativa incluyó la elaboración del “Libro de las ideas”, una bitácora creativa que recopiló las reflexiones y sueños de niños y niñas. Ejemplos como Evolet, quien tituló su diario “Los días pasando”, o Pedro Pablo, creador de una historieta sobre la isla, muestran cómo este proyecto promovió la conexión entre lo personal y lo colectivo. Desde Laboratorio Itinerante se elaboró un cuadernillo educativo para la comunidad de Isla Mocha.

Este material se plantea como una hoja de ruta para encontrar en la práctica artística un lugar de colaboración y experimentación; transversal a la ciencia, la historia, las lenguas y
los saberes cotidianos. Es un material que permite jugar, a través de diversos formatos y técnicas, con la memoria y la geografía.
Se basa en 3 actividades principales:
Encuadernación cartonera: invita a hacer una publicación simple con materiales y herramientas que están al alcance de nuestras manos, como el cartón. En Chile y en muchos países de América Latina, es el material principal para la realización de cierto tipo de publicaciones.
Hacer pintura: desde hace mucho tiempo, la humanidad usa tierras como materia colorante para crear símbolos y expresiones plásticas con distintos fines. En cualquier territorio, se puede encontrar todo lo necesario para crear pinturas de diversos colores, en base a pigmentos naturales y aglutinantes no tóxicos.
Escribir a la Isla: centrando la mirada en este territorio, entrega herramientas pedagógicas vinculadas a las ciencias sociales y las artes a través de la historia oral, como una metodología de trabajo para la reflexión e imaginación sobre el lugar que habitamos y sus memorias.
“Conectando con Isla Mocha” no sólo revitalizó el valor del arte en la educación, sino que invitó a reflexionar sobre la biodiversidad, las culturas y los ecosistemas de la isla. A través del arte, se capturaron pedacitos de memoria, resignificando lo común para imaginar nuevos futuros.

¿Cómo puedo sumarme a propuestas que sigan impulsando estos espacios de regeneración artística?
Participando activamente en futuras actividades de arte y naturaleza: si sos artista - educador, investigador o simplemente un amante del arte y la naturaleza, unite. Sé parte de la co - creación con las comunidades locales, aportando desde tu experiencia y sensibilidad.
Apoyando la continuidad del proyecto en su Fase II: la residencia busca expandir su impacto e implementar un mural en la Isla. Podés contribuir ayudando a la recaudación de fondos, proporcionando materiales o difusión. Cada aporte fortalece el puente entre el arte y la regeneración biocultural.
Conectando con la memoria biocultural de tu comunidad: este modelo puede replicarse en otros territorios. Organizá encuentros en tu barrio, escuela o ciudad, promoviendo el arte como herramienta de conexión con la historia y el entorno.
Difundiendo y visibilizando: compartí la historia de “Conectando con Isla Mocha” en redes sociales. Cuantas más personas se inspiren y conozcan el proyecto, mayor será el alcance y su impacto transformador.




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