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Foto del escritorMaite Smet

Resignificando una “zona de sacrificio”. Entrelazando visiones regenerativas, ecofeministas y del buen vivir.

Actualizado: 30 abr

La bahía de Quintero-Puchuncaví se encuentra en la región de Valparaíso, en la zona norte de Chile, donde viven actualmente más de 50,000 personas. Este territorio es considerado el más antiguo de las cinco zonas de sacrificio de Chile (las otras son Coronel, Mejillones, Tocopilla y Huasco). En estos territorios, en la década de 1960, se instalaron áreas industriales donde operan termoeléctricas, petroleras y plantas químicas. El Complejo Industrial Ventana cuenta con la presencia de 19 empresas operando en la zona industrial, 14 localizadas en la comuna de Puchuncaví y cinco en la comuna de Quintero.


En esta zona se ha visto un alto impacto ambiental en los ecosistemas locales, como también una comunidad afectada por la lluvia ácida y las nubes verde-amarillentas de gases tóxicos. Entre el año 2009 y 2020, la zona de Quintero Puchuncaví registró 832 varamientos de carbón en la playa, y en el 2018 se vio unos de los episodios más graves de intoxicación en la comunidad local. Más de 700 personas sufrieron vómitos de sangre, dolores de cabeza, mareos y parálisis de las extremidades. Además aparecieron extrañas ronchas en la piel de niños y niñas. En septiembre del 2018 se decretó por primera vez emergencia ambiental por razones de contaminación en la zona de Quintero y Puchuncaví. En Junio 2022 el directorio de Codelco y el gobierno de Gabriel Boric confirmaron el fin de la fundición Codelco Ventanas, en un plazo de cinco años.




El colectivo Mujeres por el Buen Vivir (MUBUVI) se dedica a la promoción del bienestar en su comunidad, ubicada en Puchuncaví, desafiando el estigma asociado a ser considerada una "Zona de Sacrificio". Su misión es impulsar la recuperación, regeneración y conservación de áreas naturales, así como fortalecer el tejido social y económico local, con un énfasis en el liderazgo y la participación activa de las mujeres y otras identidades diversas.


Sin embargo, las integrantes del colectivo enfrentan una lucha constante contra la compleja crisis sistémica que afecta su territorio, lo que deja poco espacio para considerar posibles futuros. Rara vez tienen la oportunidad de detenerse, apartarse del ajetreo diario y reflexionar sobre sus propias necesidades y las del colectivo, así como sobre el destino de su territorio.


Por ello, en el segundo semestre de 2023, en colaboración con el colectivo La Micorriza y Fundación Regenerativa, decidieron tomarse un tiempo para descansar, sanar, reconectar e imaginar, explorando la posibilidad de llevar a cabo un proyecto conjunto. Para hacer realidad este sueño, aprovecharon la oportunidad de postular al Fondo Alquimia, un fondo feminista que apoya a organizaciones territoriales y redes activistas en Chile que trabajan por los derechos humanos de mujeres, niñas y diversidades sexuales y de género.


Juntas, decidieron desarrollar un proceso de autocuidado, conexión e intercambio de conocimientos para recuperar la memoria, comprenderse mutuamente y buscar formas de colaboración, reconociendo su diversidad como personas y organizaciones que operan en diversos contextos.

El proceso incluyó la co-creación de un encuentro presencial que se llevó a cabo en noviembre del mismo año en Horcón. Para lograrlo, organizaron 7 reuniones virtuales entre agosto y noviembre de 2023 para conocerse mutuamente como organizaciones y reflexionar sobre cómo trabajar juntas desde las perspectivas del Buen Vivir, el Ecofeminismo y la Regeneración. Además, durante este proceso de co-diseño, se transfirieron metodologías y herramientas de facilitación y diseño al equipo motor, compuesto por 3 miembros de MUBUVI (María Inés Caravana, Maritza Damann y Marta Aravena,), 2 de Regenerativa (Constanza Donoso y Maite Smet) y 1 de La Micorriza (Constanza Gumucio).


Posteriormente, durante la implementación del proyecto co-diseñado, el encuentro permitió fortalecer los vínculos entre las compañeras de MUBUVI y acompañarlas en la conexión con su territorio. En colaboración con el Centro de Madres de Horcón, se establecieron huertas comunitarias.


En la actividad presencial se contó con la participación de Fundación Ngenko y Fundación Ojos de Mar, organizaciones que trabajan por la defensa de las aguas y humedales, incorporando enfoques de género y ecofeminismo en sus acciones. Particularmente, con la Fundación Ojos de Mar se estableció un vínculo territorial para articularse en la defensa de la cuenca del Maipo. Esto llevó a que se organizará una visita de MUBUVI en marzo 2024, a las comunas de San Antonio y Santo Domingo para conocer el trabajo de activismo realizado por la Fundación Ojos de Mar y el proyecto de restauración socio-ecológica que está realizando Regenerativa, para un proyecto liderado por Fundación Cosmos. 




El eje central de este proceso ha sido  entrelazar visiones del buen vivir, de la regeneración y el ecofeminismo.

  “La vida es para subsistir, no para acumular”. 


En lugar de perpetuar la visión desconectada entre los seres humanos y la naturaleza, proponemos una perspectiva de "entre-ser", fomentando las relaciones simbióticas entre todos los seres vivos, incluyendo las personas. Reconocemos que la actividad antropogénica está ocasionando un daño degenerativo a los ciclos naturales del planeta, por lo que es imperativo tomar medidas para respaldar la regeneración natural y crear condiciones propicias para la vida de todos los seres, independientemente de su género u otras identidades.


En la primera etapa del proyecto, surgieron importantes revelaciones, destacando la similitud en la percepción de la colaboración desde las tres perspectivas. Se establecieron acuerdos fundamentales que sentaron las bases para la colaboración, algunos de ellos fueron “la inclusión de la naturaleza en la conversación”, “la generación de condiciones para la vida de todos los seres”, “el enfoque en el cuidado y el bienestar”, “la regeneración desde los territorios”, “la valoración de la diversidad”, “la horizontalidad en la toma de decisiones” y “el respeto a los derechos humanos y de la naturaleza”. En resumen, todas las organizaciones coincidieron en su compromiso compartido de proteger a la madre tierra y cuidarse mutuamente en este proceso.


“Desde lo local, buscamos regenerar los territorios, entender cómo nos relacionamos entre seres humanos y con la naturaleza.”


Al centrar el ecofeminismo en nuestras reflexiones, entendemos la importancia del cuidado y el bienestar a nivel individual, colectivo y de nuestros ecosistemas. Como seres, nos relacionamos en base a la eco-dependencia e interdependencia. Debemos relevar acciones por el común que permitan sostener y cuidar, de manera armónica y justa para todas las personas y el planeta.


Desde MUBUVI, La Micorriza y Regenerativa, nuestro compromiso colectivo es de seguir transitando juntas y juntes este camino, contribuyendo significativamente a la construcción de nuevas formas de coexistencia. Este tejido que hemos construido entre organizaciones nos da el espacio para seguir aprendiendo, soñando e imaginando desde la solidaridad y la contención. MUBUVI, desde un enfoque ecofeminista, regenerativo y del buen vivir, seguirán aportando una visión holística al territorio que habitan, apoyando transitar desde la crisis socioambiental a buscar soluciones basadas en el bien común, cambiando el paradigma existente entre el vínculo de las personas, sus territorios y los ecosistemas presentes en estos.





Referencias:




Cosmovisión ecofeminista planteada por Yayo Herrero La mirada ecofeminista


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